El inicio de este remake de Ranma 1/2 ha dejado lejos aquella mítica imagen de la silueta de Ranma (convertido en mujer) y Genma (convertido en panda). Con este primer episodio, nos encontramos nuevamente con la historia que muchos vimos por primera vez en aquellas tardes después de la escuela, cuando, sin saberlo, nos sumergimos en un mundo de caos, comedia y transformaciones mágicas.
La historia, claro está, sigue siendo la misma: la chica del cabello de fuego llega para alterar la tranquila vida en la casa de los Tendo, acompañada de un panda que, más que ternura, provoca sustos, especialmente en Soun y Nabiki. Es como si el tiempo no hubiera pasado, pero con un toque moderno que refresca nuestra memoria y nos hace sonreír al recordar esos momentos.
Visualmente, el remake nos ofrece un diseño más moderno de los personajes, y las batallas, que en mi infancia parecían épicas, vuelven a serlo, pero ahora con una sonrisa de complicidad. Las onomatopeyas en los planos son un toque encantador, recordándonos las lecciones del libro de español de la primaria, cuando aprendimos que una palabra puede ser tan poderosa como una imagen.
Pero hablemos de la censura. Era inevitable, pero una parte de mí deseaba que no fuera así. Algunos dirán que el fanservice no agrega nada a la trama, pero para los que pensamos que la comedia está en los detalles, esas escenas forman parte del alma de la serie, una esencia que las nuevas generaciones pueden no entender del todo. Es como contar un chiste sin el remate; simplemente no es lo mismo.
La banda sonora es otro punto sensible. Me dolió un poco no escuchar el opening original de Ranma. Pero lo que realmente me dejó decepcionado fue la ausencia de la música que solía acompañar los momentos clave dentro del anime. Sin esa banda sonora, siento que el énfasis que le daban a las situaciones se ha perdido un poco, como si la magia de esas melodías se hubiera desvanecido en el tiempo.
En resumen, este primer capítulo del remake de Ranma 1/2 es una mezcla de nostalgia y renovación. Aunque algunas cosas han cambiado, y otras se sienten un poco vacías, el espíritu de la serie sigue vivo. Es una experiencia que vale la pena revivir, con la mente abierta a lo nuevo, pero siempre recordando lo que hizo a Ranma 1/2 un clásico en nuestros corazones.
