🧠💻 ¿Qué pasó?
Cuatro personas fueron arrestadas por la Policía Metropolitana de Tokio por haber creado desnudos femeninos mediante software gratuito de IA, imprimirlos como pósters, y luego venderlos en línea a través de un sitio de subastas. Entre los detenidos se encuentra Tomohiro Mizutani, de 44 años, junto con otros dos hombres y una mujer de 27.
Según los reportes, estas personas llevaban operando desde octubre de 2024, vendiendo sus pósters a varios miles de yenes cada uno. En solo un año, Mizutani habría generado ¥10 millones (alrededor de $66,000 USD) con esta actividad.
🖨️💸 ¿Cómo lo hacían?
Utilizaban programas de IA generativa gratuitos para crear una gran variedad de mujeres desnudas ficticias, y luego imprimían las imágenes en alta calidad como si fueran fotobooks eróticos. Para evadir la moderación del sitio de subastas, usaban versiones pixeladas como vista previa, mientras que el producto real —sin censura— contenía genitales visibles, lo que en Japón se considera "obsceno" según la ley.
📏 La ambigua ley japonesa de la obscenidad
Japón es una paradoja en el mundo del porno: tiene una de las industrias más grandes del planeta, pero mostrar un pene o una vagina sin censura sigue siendo ilegal en casi cualquier contexto. Incluso el porno legal japonés incluye la famosa “mosaic” pixelación en los genitales.
La ley japonesa no ha evolucionado lo suficiente para abordar fenómenos nuevos como el deepfake porno o el contenido generado por IA. Por ahora, solo puede aplicar leyes existentes sobre obscenidad, pornografía infantil y privacidad, lo que deja un vacío legal que empieza a llenarse con casos como este.
🤯 ¿Y ahora qué?
Aunque los arrestados admitieron su culpabilidad, el caso abre un nuevo capítulo en la regulación de la IA y la industria del contenido erótico en Japón. No está claro si las imágenes estaban basadas en celebridades o si eran rostros completamente ficticios, pero el simple hecho de que las mujeres no existieran no fue suficiente para librarlos del delito.
La IA ha cambiado muchas cosas, pero en Japón, la censura a los genitales sigue firme, ya sea con actores reales, ilustraciones… o inteligencias artificiales.